lunes, 30 de agosto de 2010

Miscelánea postal (6)



En Punta Vernera, una casa sencilla y oxidada emerge entre las nieblas del Pirineo oscense. En el Olotoki, en la sierra de Areta, un cilindro rojo anuncia la llegada a la cumbre, apenas un claro entre los hayedos que trepan por la ladera. En el Mortxe, el buzón está arropado por un pañuelo que se agita con los vientos procedentes del Sarbil.

Miscelánea postal (5)



Un golpe de hacha corona la cumbre del Adi. El buzón del Allaitz, rematado por una cruz, hay que buscarlo entre las frecuentes nieblas que envuelven la sierra de Alzania . El del Uakorri se asoma a los valles de Araitz y Larráun. El de Loizate se apoya en la alambrada que separa los términos de Goizueta, Ezkurra y Zubieta.

Miscelánea postal (4)



En la cima del Beoain, un recipiente de colores llamativos protege las tarjetas de los montañeros del viento cortante que barre las Malloas. En el Mendieder, el buzón es apenas un cilindro metálico escondido entre la hierba. El del Iramendi se encuentra en un pequeño claro del hayedo que cubre la cima. El del Achar de Alano pone a prueba su vértigo en las imponentes paredes del entorno.

Miscelánea postal (3)



En Montejurra, un buzón puntiagudo domina a la vez el paisaje y la historia. Una reproducción del castillo de Javier recibe a los montañeros en la Mesa de los Tres Reyes. En Laplana, una de las cumbres de la sierra de Codés (Navarra), un montañero recoge setas sobre un mapa de Euskalherria dominado por un roble. En Peña Izaga, una inofensiva tienda de campaña adorna la cima.

Miscelánea postal (2)



Un caserío oxidado guarda las tarjetas de los montañeros en la cima del Legate, en el Baztán. El buzón del Lákora también está inspirado en la arquitectura rural. En el Irumugarrieta, un reluciente cilindro metálico sustituyó a la vieja Amanita muscaria. Y en la cima de Lapaquiza, una casita con tejado rojo a dos aguas se asoma a la vez al valle de Linza y al Rincón de Belagua.

Miscelánea postal (1)



El buzón recién estrenado del Castillo de Acher parece inspirado en la arquitectura de una pequeña iglesia rural: todo un desafío en esta época de laicismo rampante. En el Iturrumburu, una figura con gafas y chapela saluda a los montañeros. El hacha es un elemento muy común en el mobiliario austero y expuesto de las cumbres: esta se encuentra en Altxueta, vigilando el santuario de San Miguel de Aralar. El pequeño pozo metálico que cierra la serie adorna la cumbre del Iparla; Francia se extiende a sus pies.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Luces y sombras



Un montañero se dirige hacia el ibón de Acherito desde la zona de Ansabere. A la derecha, iluminado, el Chipeta. Y al fondo, apenas asomado al horizonte, el Peñaforca.

martes, 17 de agosto de 2010

Pedrera



E busca algún paso que permita encadenar las cimas de Budoguía y Ukerdi.

viernes, 6 de agosto de 2010

Aztaparreta



Dos montañeros admiran el hayedo abetal de Aztaparreta, que envuelve la proa del Txamantxoia con sombras profundas y árboles antiguos. Se trata de una de las tres reservas integrales de Navarra, teóricamente los lugares mejor conservados de la comunidad desde el punto de vista ecológico. Las otros dos son Lizardoya y Ukerdi.

jueves, 5 de agosto de 2010

Una ola de piedra



La Table: una tentación próxima después de coronar la Mesa de los Tres Reyes.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Poesía de primera hora



La luz empieza a escribir sus versos en el horizonte pirenaico.

martes, 3 de agosto de 2010

Paisajes enfrentados



24 de julio de 2010: G observa el macizo del Peñaforca desde la ladera del Castillo de Acher.



1 de agosto de 2010: G observa la silueta del Castillo de Acher desde la cresta final del Peñaforca.