martes, 15 de noviembre de 2011
jueves, 10 de noviembre de 2011
Recuerdos consoladores
El 28 de enero de 2008, de madrugada, el escritor francés Frédéric Beigbeder fue detenido en la avenida Marceau de París por esnifar cocaína sobre el capó de un coche. Beigdeber es un cultivado enfant terrible de las letras y de la sociedad francesa. Quizá por eso, los policías que lo sorprendieron in fraganti y después el fiscal Jean-Claude Marin debieron de pensar que su arresto podría resultar ejemplar para otros noctámbulos insurgentes, y lo retuvieron 48 horas en unos calabozos infames. Durante aquel arresto humillante, Beigbeder fue rebobinando la película de su vida, e incluso logró recuperar algunos recuerdos de su infancia que creía malogrados por la amnesia. Se vio a sí mismo con un pantalón de pana “color rojo vivo”, trepando por las hayas en pendiente de la selva del Irati, o recorriendo la frontera vascofrancesa en un Aston Martin. “Todavía no existían los 4x4 y en cada curva los niños se balanceaban en el asiento de atrás del nuevo coche paterno. Me bañé en el agua fría de un río, bajo los pinos gigantes, en un aire saturado de resina. Posé junto a mi hermano delante de un rebaño de ovejas que desprendía el olor de su queso venidero. Una cortina de lluvia barnizaba los pastos, el cielo brumoso era un edredón somnífero, el tiempo era largo (los niños detestan los paseos), creo que estábamos de un humor sombrío como nuestras botas de caucho enfangadas, y los pottokas pacían sobre las laderas herbosas de los caseríos de Zugarramurdi”. La suma de aquellos y otros recuerdos le sirvió a Beigbeder para escribir Una novela francesa, donde reconstruye su niñez a la vez que relata su arresto.
(El pottoka que pasta distraídamente en la ladera herbosa de la imagen –en el collado de Itzulegi, no muy lejos de Zugarramurdi– nunca sabrá que su estampa –o la de sus ancestros– alivió una vez la obligada reclusión de un escritor francés. Por el camino que se dibuja en la esquina superior derecha se puede subir al Irubelakaskoa).
sábado, 22 de octubre de 2011
Futuro
jueves, 6 de octubre de 2011
Arriel
Una parada contemplativa en el descenso del Arriel. Enfrente, dominando el horizonte más próximo, el Lurien. Cerca del ibón que se ve a la derecha falleció en 1995 Jesús Vázquez.
miércoles, 21 de septiembre de 2011
El Aneto en cinco imágenes
lunes, 12 de septiembre de 2011
Progresar
“No me había percatado que al subir tantas cuestas nos habíamos situado en una elevación privilegiada. A veces, en la vida pasa lo mismo: la dificultad de la pendiente te hace olvidar que no paras de progresar y de subir”.
(Albert Espinosa, Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven. En la imagen, A. contempla desde una elevación privilegiada el paisaje que se extiende a los pies del Anayet).
viernes, 9 de septiembre de 2011
martes, 6 de septiembre de 2011
Cresta
miércoles, 24 de agosto de 2011
Aviso
El mensaje es conciso, la tipografía revela cierto esmero y la redacción se puede considerar correcta, a falta quizá de un par de comas. El aviso incluye a cambio unas vistosas comillas tipográficas y no exige ningún acento, a diferencia de lo que ocurre en otros casos.
(El cartel se encuentra en la puerta del desvencijado refugio de Gabardito).
viernes, 19 de agosto de 2011
Flores
La elegancia despreocupada de los lirios es una invitación a la confianza. Y la belleza escondida de la edelweiss recuerda que la grandeza de un paisaje se debe casi siempre a los pequeños detalles.
(La primera foto fue tomada hace dos semanas junto al ibón de Ip y la segunda, el domingo pasado junto a la cima de la Garganta de Borau).
miércoles, 17 de agosto de 2011
Escalar
domingo, 31 de julio de 2011
Belleza variable
"La naturaleza debía de estar contenta de que yo fuese tan feliz", piensa Jane Eyre con ocasión de uno de los episodios más risueños de la novela. Es una reflexión sugerente, pero la relación causa-efecto es probablemente la contraria: la belleza "objetiva" de la naturaleza se percibe y se saborea y se agradece mejor cuando las nubes no ensombrecen el alma del observador, sea este un montañero veterano o una institutriz de la Inglaterra victoriana que acaba de descubrir el amor.
(En la imagen, E. avanza por la magnífica cresta de los Alanos, aún más magnífica cuando se recorre con la adecuada temperatura interior).
jueves, 28 de julio de 2011
Horizonte
viernes, 22 de julio de 2011
Panorama
miércoles, 20 de julio de 2011
Una locura
Esto es lo que acertó a explicarle Holden Cauldfield a su hermana Phoebe: “Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Solo estoy yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura”.
(El campo de la imagen -que ya estará más que segado a estas alturas del verano- brillaba el pasado junio junto a la localidad de Guembe, en el valle de Guesálaz: un buen sitio para iniciar la subida al Elimendi).
jueves, 23 de junio de 2011
Un perro de altura
lunes, 20 de junio de 2011
Prudencia
viernes, 17 de junio de 2011
martes, 14 de junio de 2011
Ojalá
miércoles, 1 de junio de 2011
Coincidencias
El paso de Tachera es el camino más asequible para acceder a la imponente cordillera de los Alanos. La fotografía fue tomada allí el pasado domingo, sólo unas horas después de que cinco expertos escaladores trepasen por la pared de la izquierda para celebrar dos cumpleaños.
martes, 31 de mayo de 2011
Flores
Tienen nombres comunes y apariencia discreta, pero cualquiera de ellas encierra todo un mundo de sensaciones y recuerdos: el brillo de una ladera que surge repentinamente a mitad de camino, la perfección imposible de cada pétalo, la belleza a veces escondida del presente, las nostalgias del futuro, el sabor de la amistad, la certeza de las estaciones, la seguridad, el amor, la gratitud... Es difícil componer un ramo mejor en estas últimas horas del mes de las flores.
viernes, 20 de mayo de 2011
Arrikulunka
Junto a la cima del Argibel, a sólo unos metros de la frontera con Francia, hay una piedra enorme que ha sobrevido al paso de los siglos en un llamativo e inestable equilibrio: basta con que alguien mínimamente pesado salte sobre ella para que se desplace unos centímetros y recupere a continuación su posición original. De ahí su nombre: arrikulunka, la piedra que baila.
martes, 10 de mayo de 2011
El puzzle del paisaje
jueves, 5 de mayo de 2011
martes, 26 de abril de 2011
Señales
“Cuando nos perdemos en el bosque, ver un letrero es un asunto muy importante. El primero que lo ve grita: '¡Mirad!' Todo el grupo se reúne a su alrededor y lo contempla. Pero cuando hayamos encontrado la carretera y pasemos los letreros cada pocos kilómetros, no nos pararemos a mirar. Nos estimularán y agradeceremos a las autoridades que los hayan puesto, pero no nos pararemos a mirar, o no demasiado; no en esta carretera, aunque los postes fueran de plata y las letras de oro. ‘El año que viene en Jerusalén’. Por supuesto, no es que no me pille a menudo parándome a contemplar esos postes en los lados de la carretera o, incluso, objetos de menor importancia”.
(C.S. Lewis, Cautivado por la alegría. La señal de la imagen es una de las que jalonan la "Ruta de los contrabandistas", un itinerario espectacular y discreto que arranca junto a la serrería de Isaba y termina sobre el barranco de Arrakogoiti, a un paso de la frontera. Las marcas blancas y amarillas se agradecen especialmente cuando la niebla asciende desde Francia).
martes, 19 de abril de 2011
Pasos
Lo fácil sería decir que el montañero de la imagen se dirige a la cima del Zuriain, pero es complicado saber hacia dónde encamina realmente sus pasos: ¿Qué hay más allá de la cima del Zuriain? ¿A dónde le conducirá la suma de todas las cimas que ya ha coronado? ¿Dónde terminará el camino de las que nunca pudo conquistar? ¿Eligió bien en las encrucijadas sucesivas de la vida? ¿A dónde se dirige?
miércoles, 6 de abril de 2011
lunes, 4 de abril de 2011
Almuerzo endecasílabo
miércoles, 30 de marzo de 2011
Domingos
En Sociedad Limitada, Miguel d'Ors dedica una poesía a todos aquellos fines de semana que "desperdició" lejos del monte, a todos aquellos "espléndidos domingos que pudieron haber sido, y no fueron, los recuerdos mejores" de los 28 o de los 30 años.
Lentas y grises iban transcurriendo
las horas. Allá lejos, más allá
de San Miguel de Izaga y del Alto de Loiti,
estaban los hayedos, los senderos, los sarrios,
los ibones, los altos neveros deslumbrados:
el reino incandencente que a ti te daba igual
llamar Felicidad o Pirineo.
Y tú mirabas cómo iba cediendo el día,
cómo se te escapaba otro domingo
como uno de esos trenes que van hacia otra vida.
(En la imagen, S. avanza sobre las huellas que han dejado unos esquiadores en el collado de Linza. Fue un sábado de hace ya varias semanas que seguramente le servirá para avivar las nostalgias de otros sábados y otros domingos futuros de horas "lentas y grises").
domingo, 13 de marzo de 2011
jueves, 10 de marzo de 2011
Pensamientos
Le preguntaron hace unos días a Edurne Pasaban en una magnífica entrevista en qué piensa cuando sube a la montaña. Esta fue su respuesta: “Pues en muchas cosas, y a veces en las cosas más simples. En el día a día, en por qué haces esto o lo otro. La gente cree que damos vueltas a las cosas más trascendentales cuando en realidad buscas recuerdos que te motiven: el día que llevaste a tu sobrino al colegio, el pote que compartiste con los amigos...”. También admitía que cuando realmente disfruta es en el camino hacia la cumbre, cuando ya sólo quedan diez minutos para alcanzar la cima.
(S asciende en la fotografía los diez metros que le faltan para llegar a la cima del Petrechema. A su espalda se dibuja la silueta de Lapaquiza y, al fondo, en el centro, la del Txamantxoia, una Montaña que debería escribirse siempre con mayúsculas).
lunes, 7 de marzo de 2011
viernes, 25 de febrero de 2011
La montaña y la vida
Hay quien sostiene que "la montaña es una alegoría muy evidente y simplificada de la vida". Es difícil resumirlo mejor.
(El montañero de la imagen es G., que desciende del Errozate con una sonrisa parecida a la de aquel que vuelve un viernes a su casa después de haber coronado felizmente una semana de tormentas repentinas y pendientes pronunciadas).
sábado, 12 de febrero de 2011
Pasos
En ocasiones hay que dar algunos pasos arriesgados. Es útil entonces escuchar a los que marchan por delante, y fiarse de los mapas, y pensar bien cada movimiento, y amortiguar el miedo o la inquietud o el desánimo con el pensamiento de la cumbre. En el monte sucede lo mismo.
(La silueta esforzada de G completa el perfil quebrado del Argintzo)
sábado, 22 de enero de 2011
sábado, 8 de enero de 2011
Y más buzones
La casita que adorna la cima del Aspe se ajusta al diseño habitual de los buzones de montaña. Urbicáin no es una cumbre sino un pueblo abandonado del valle de Izagaondoa. El buzón que aún se puede descubrir entre las ruinas es la prueba de que las casas vacías y silenciosas del presente se alegraron en otro tiempo con postales de lugares lejanos y pintorescos. El buzón del Mendizar también está arruinado: es ya sólo un recipiente oxidado y semioculto por varias piedras. El Mendurro es un monte tan modesto que no tiene buzón: sólo un letrero de madera que indica el nombre y la altitud: 916 metros.